viernes, 24 de abril de 2015

Francia



Se dice que los franceses son arrogantes, pero tienen una buena razón para serlo: Su espectacular gastronomía. Con una saludable mezcla de hortalizas, verduras, carne, pescado y fruta, los gabachos han tomado la dieta mediterránea y la han llevado al nivel del orgasmo. No es una sorpresa que la Guía Michelin haya premiado consistentemente a más restaurantes franceses con su estrella que a cualquier otro país del mundo, así que puedes atusarte los bigotes, Francia, que lo has merecido.

Ejemplo: Se puede empezar compartiendo un poco de queso Roquefort o Camembert, y un plato de foie gras de hígado de oca, para luego pasar a luchar con los escargots (caracoles de tierra) para hacerles perder su concha protectora. Si no temes a la carne cruda, continua con un steak tartare de textura y sabor de ensueño. Y para postre, molesta al camarero pidiendo un crepe suzette. Ya verás que cara pone.

LIDANESA

Presumiendo de ser la cocina más elaborada y variada de entre sus parientes culinarios árabes, la comida libanesa combina influencias fenicias con platos árabes y con el toque de la sofisticación pijotera que aportó el periodo de ocupación de los franceses. Si algo tienen los franceses es que donde han ido se come mejor. Y se suele comer pan.
Ejemplo: Comienza mojando pan de pita en sabroso hummus y en la pasta de berenjena llamada baba ghanouj. A continuación métete entre pecho y espalda unas bolas de kibbeh rellenas de carne picada, y de postre baklava, magníficas pastas de hojaldre, miel y frutos secos.